Quiero volver a mis años pasados
y regresar a aquella juventud,
quiero olvidarme de esta senectud
y de que ya tengo los días contados.
Quiero volver a los días dorados
llenos de planes de alegría y luz,
y olvidarme de esta pesada cruz
que cargan ahora mis hombros cansados.
Pero lo pasado, pasado está
y ya no debe ocuparnos la mente,
pues a estas alturas lo conveniente
es prepararse para el más allá,
porque esa zona de por allá arriba
es nuestra morada definitiva.